MI NIETA LUCÍA (Reflexiones)

El pasado día 9 de diciembre de 2022 nació Lucía, mi primera nieta. Su llegada al mundo me ha hecho meditar sobre ese especial acontecimiento y lo que supone «la abuelez» cuando acabo de cumplir 14 lustros.

La experiencia de ser abuelos nos permite sentirnos jóvenes porque se renuevan los ánimos, esa alegría íntima que tenemos los abuelos se expande hacia fuera. Es un privilegio seguir hacia delante y no mirar atrás. Tenemos la clave para saber cuál es nuestro papel; con la edad hemos ido adquiriendo la madurez suficiente para pasar por alto las banalidades y valorar lo que es esencial, a la vez hemos aprendido a animarnos solos, sin recibir constantes elogios y así poder comprender todo lo que vaya sucediendo en las relaciones con los hijos y con los nietos.

La llegada de los nietos, a diferencia de los hijos, no implica grandes cambios estructurales en nuestra vida. Nuestra casa, nuestras rutinas o nuestra economía no se modifican como con los hijos. Además, los nietos suelen llegar en una etapa en la que disponemos de mucho más tiempo de ocio y flexibilidad para dedicarles atención.

Especialmente si ya estamos jubilados, ser abuelos nos permite invertir en los nietos una cantidad y una calidad de tiempo que con los hijos, por mucho que quisiéramos, no siempre fue posible. Por ello, a la hora de ayudar a los hijos con los nietos, no deberíamos dejar de lado nuestra propia vida. Hemos de tratar de estar ahí sin renunciar a nuestras aficiones, amistades, tiempo de descanso, sueños o intimidad.

También debemos conocer nuestros límites físicos y, aunque queramos dedicar todo nuestro tiempo a los nietos, saber hasta dónde podemos llegar. Los abuelos podemos llegar a ser una excelente referencia afectiva dentro del grupo familiar, pero lo razonable es que, pudiendo expresar sus propias ideas, respeten las de sus hijos, que tienen derecho a tenerlas -y a equivocarse- como lo hicieron ellos. La ayuda que ofrezcamos puede ser importante, pero siempre que responda a las demandas de los padres y no a nuestros propios esquemas.

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